Dejó la frase y sus
ojos adquirieron una mirada distante. Cuando volvió a mirarme, su
expresión era triste. ― La gente con la que me relaciono... Nunca
sé qué quieren. Mi dinero, mi fama, mi polla.
Santa mierda, ¿acababa
de decir polla? Acababa de decir polla.
― ¿Qué te hace
pensar que yo soy diferente? ― Ciertamente no quería su dinero o
fama. Pero la última opción...