“Laurent, de nuevo, ¿cuál es el punto de todo esto?”
“Bueno, cuando vi este pedazo de cotilleo salaz en internet ayer, le hice una llamada a un viejo amigo de la facultad de derecho, Aro Cort. Sucede que él representa a Eclipse. Y es posible que podamos hacer un... arreglo. La Srta. Swan es actualmente amada en este país. Es la chica de pueblo pequeño por excelencia que tuvo suerte. Es completa, dulce, no mimada. En resumen, es todo lo que tú no eres, y todo lo que necesitas desesperadamente.”
Entonces entendí a qué se refería Laurent y me levanté de golpe de la silla.
No. De ninguna jodida manera.
Golpeé sus recortes de prensa en su escritorio.
“¡Que le jodan a esa mierda, Laurent! Mira, sé que vosotros hacéis estos arreglos para que los famosos escalen socialmente, sé que esta mierda sucede. Pero yo no quiero ser parte de ello, ¿lo entiendes? Y, Jesús, ¿por qué coño lo necesito? ¿Por qué demonios necesito una jodida novia falsa? ¡Puedo salir por la puerta de este edificio y tener a una docena de mujeres antes de llegar a la esquina!”
