Edward rio. ―
¿Quieres cocinar para mí?
― Um... ― Me
sonrojé y me levanté de un salto del sofá, despertando a PV de su
feliz sueño. ― Esta noche no. Pero sí, si quieres.
― Obviamente, esta
noche no.
Una rápida mirada a mi
reloj me dijo que eran las once pasadas. Cierto.
― ¿Qué te parece el
viernes? ― pregunté.
Edward suspiró. ―
Tengo algo esa noche, me temo.
Intenté no ser
curiosa.
― ¿El sábado? ―
preguntó.
― Déjame mirar. ―
Le eché un vistazo al calendario. ― Nop. Tengo un evento.
Tras decir diferentes
días, finalmente quedamos el miércoles. De todas formas,
probablemente fuera mejor que el fin de semana. Mucho más amistoso.
Pero estaba a solo dos días.
― Tengo que confesar,
sin embargo, que mis estándares son un poco altos.
Rodé los ojos. ― Oh,
¿de verdad? Nunca lo habría adivinado.